SPC vs LVT: ¿cuál conviene a tu proyecto?
Apuesta por la estabilidad sin perder el estilo
Si tu proyecto exige resistencia al agua, estabilidad dimensional y una respuesta robusta al tránsito, el SPC (Stone Plastic Composite) se presenta como la opción que combina performance y estética. Su núcleo mineral-rígido le da características técnicas que facilitan la instalación flotante y reducen las sorpresas en obra: menos deformaciones, menos necesidad de control extremo del subsuelo y, a menudo, menores costes de mano de obra frente a opciones que requieren pegado continuo. Esa mezcla de fiabilidad y acabado realista lo convierte en la primera alternativa para espacios residenciales exigentes y para muchas aplicaciones comerciales.
Primero, ¿Qué es el SPC y qué es el LVT?
SPC (Stone Plastic Composite)
Es un material multicapa con un núcleo rígido compuesto por PVC + polvo mineral (calcio/limestone). Encima va la capa decorativa y la capa de desgaste (wear layer) protegida por un recubrimiento UV. El núcleo rígido da estabilidad dimensional y gran resistencia a impactos.
LVT (Luxury Vinyl Tile / LVP)
Lámina o loseta de vinil con núcleo más flexible (PVC/oil o modified PVC) y varias capas (base, capa impresa, wear layer). Suele ser más delgada y tiene sensación más “cálida” al tacto

Diferencias clave — ingeniería que importa en obra
- Núcleo y estabilidad dimensional: el SPC, por su núcleo mineral, tolera mejor variaciones térmicas y de humedad y sufre menos expansión/contracción que el LVT, lo que lo hace preferible en climas extremos o instalaciones que requieran calefacción o radiantes.
- Instalación: SPC suele montar en sistema click flotante (rápido y limpio), reduciendo tiempos y, en ciertos proyectos, costes de instalación frente al LVT que puede requerir pegado total según el producto. Esto puede simplificar la logística y tiempos en obra.
- Confort y acústica: Ambos tienen buenas características frente a acústica. El LVT típicamente ofrece una sensación más flexible y cálida al tacto; el SPC puede sentirse más “rígido” y frío —esto se compensa con underlayments (capas debajo) de aislamiento o capas acústicas integradas.
- Resistencia a impactos y tráfico: el SPC suele superar al LVT en resistencia a golpes y cargas puntuales por la composición del núcleo. Para áreas comerciales con carritos, sillas con ruedas o tráfico intenso, el SPC tiene la ventaja.
- Estética y variedad: Ambos han mejorado visualmente; el LVT tradicionalmente ofrecía más versatilidad gráfica, pero el avance de las impresiones y texturas EIR en el SPC ha acercado mucho su capacidad de mimetizar maderas y piedra.
Coste y ciclo de vida

No solo importa el precio de compra. El coste de propiedad (TCO o Total Cost of Ownership) considera instalación, mantenimiento y vida útil. SPC suele tener un coste inicial comparable o algo superior al LVT de gama baja, pero su estabilidad y menor necesidad de reparaciones lo convierten en opción más ventajosa en ciclos de 10–20 años para entornos de alto uso o demandantes.
Según análisis de coste de propiedad, las soluciones vinílicas (incluyendo SPC y LVT) ofrecen muy buen balance entre inversión y mantenimiento; la decisión recae en la prioridad: confort (LVT) vs. durabilidad/estabilidad (SPC).
Mantenimiento y comportamiento con el tiempo
Ambos productos son resistentes y fáciles de mantener: barrer, aspirar y fregar con limpiadores pH-neutros es la regla. Se debe evitar aplicar ceras o abrasivos para prolongar la vida de la capa de desgaste.
En el SPC, la capa UV y capa de desgaste determinan la vida útil frente a rayado; con el LVT, si se va a tener un tránsito intenso, se recomienda escoger una capa de desgaste de 20–28 mil o más. Se recomienda siempre seguir las recomendaciones del fabricante (limpieza, tránsito, zoclos, etc.).

Aplicaciones ideales: qué elegir según proyecto
- Residenciales nivel premium (salas, recámaras): escoger LVT o SPC según preferencia de confort; si las condiciones climáticas son adversas o difíciles (temperatura, humedad o exposición a la intemperie o sol), se recomienda el SPC, aunque algunos LVTs pueden ser equiparables a la dureza y estabilidad del SPC.
- Cocinas y baños (áreas húmedas): el SPC (por su estabilidad y núcleo impermeable) o el LVT que tenga cualidades de waterproof; si hay riesgo de inundación o exceso de agua y humedades, el SPC tiene ventaja.
- Retail y oficinas (alto tránsito): El SPC gana por durabilidad y resistencia a cargas; si tenemos en cuenta la longevidad y coste total, esta es la opción de preferencia.
- Proyectos especiales (restaurantes, hoteles, hospitales, etc): evaluar la capa últil del producto, la garantía del fabricante y mantenimiento; En este sentido, el SPC suele ser elegido cuando la durabilidad y la continuidad importan.
BODEN SPC es el producto que más recomendamos para situaciones donde la estética y resistencia son ambas necesarias, ya que ofrece una excelente garantía, vida útil, ratio de costo de propiedad y fácil instalación y mantenimiento.

Riesgos y puntos de control en obra
- Subsuelo y planimetría: aunque el SPC tolera más irregularidades que el LVT, ambos requieren control de humedad y planitud para evitar futuros problemas.
- Compatibilidad de adhesivos y sellantes: seguir ficha de fabricante para evitar reacciones con la capa de desgaste.
- Control de partidas: verificar lotes y mezclar tablas antes de instalación para minimizar variaciones visuales.
En Pisos PYGMA podemos asesorarte y darte más detalles si no has trabajado antes con BODEN SPC, o si requieres servicios de instalación o asesoría técnica.
Conclusión
Si el objetivo de tu cliente o tuyo es minimizar riesgos técnicos y asegurar durabilidad en proyectos residenciales exigentes o espacios comerciales, el
SPC suele ser la alternativa más práctica. Para proyectos donde el confort al tacto y la sensación “cálida” son prioridad y no vaya a estar expuesto a un uso pesado o condiciones extremas,
el LVT es perfectamente válido y a veces más económico. En Pygma les recomendamos ofrecer SPC como primera opción técnica, siempre acompañando con ficha técnica, muestra física y cálculo de coste total de propiedad.



